19 de Marzo

Cuando puedas. Cuando quieras. Cuando tengas tiempo. Cuando te venga bien. Cuando decidas que es el momento. Cuando estemos listos. Cuando menos me lo espere. Cuando te interese. Cuando te canses de lo establecido. Cuando lo creas oportuno. Cuando no sepas a dónde ir. Cuando no te queden palabras. Cuando lo veas claro. Cuando estés seguro de que no te vas a arrepentir. Cuando la coherencia deje de tener sentido. Cuando surga. Cuando dejes de ser cobarde. Cuando estés preparado para mirarme a los ojos. Cuando se acaben las excusas. Cuando te des cuenta de que falta alguien en tu vida. Cuando la curiosidad te mate. Cuando la pena te crezca. Cuando te de por pensar en mí. Cuando no puedas con la culpa. Cuando te quedes solo en tu habitación mirando al techo. Cuando necesites resolver esa "asignatura pendiente". Cuando te de por pensar si yo he pensado en ti...

Tengo cientos de motivos para no decirte lo que se dice en el día de hoy a todos los padres, pero sé que hoy vas a pensar en mí y apuesto a que no te vas a sentir orgulloso de ti mismo. Y aunque siempre he pensado que si realmente lo hubieras querido habrías puesto más interés, nadie se merece llevar sobre sí una carga de estas magnitudes, y hoy he decidido perdonarte. Feliz día, papá.

6 comentarios:

Sara dijo...

qué valiente eso que has escrito. dice mucho de ti :) me ha gustado un montón. uuuuuuu, prometo escribir pronto.....

Anónimo dijo...

precioso pa! hay veces q es muy dificil perdonar besitoss

Anónimo dijo...

...tan difícil como bonito.

*Pa dijo...

supongo q ya era hora, y si d todas maneras las cosas no van a cambiar... ¿para qué guardar rencor?

Anónimo dijo...

¡El rencor lo único q hace es daño! Hay veces q uno no elige lo q tiene y otras q toma las decisiones erróneas. ¡Bastante tiene cada uno con portar su cruz! ¿De qué nos vale el rencor?

*Pa dijo...

no vale absolutamente de nada, sobre todo porque en la mayoría de las ocasiones no llegaremos a saber los verdaderos motivos que llevaron a la otra persona a tener tal comportamiento.
La verdad es que me sentí aliviada cuendo terminé de escribirlo...