Tocado... y hundido

Apuesto a que no te lo esperabas, a que ésto no estaba en tus planes. Me la juego a todo o nada a que esta tarde he roto tus esquemas, y si de algo estoy segura es de que he tirado por la borda tus expectativas, lo cual me encanta (puede que ahora entiendas porqué tengo un cactus de un metro de altura y no una dulce y tierna rosa, que según tú iría más conmigo. Lo mejor del cactus es lo imposible de la rosa: sobrevivir en situaciones extremas).
Te aseguro que en ningún momento he pretendido alterar tu calma, ni mucho menos. Tampoco he querido sacarte de tus casillas (lo cual no sé si es posible en alguien que parece vivir a base de valerianas). Lo que ha ocurrido es que, sencillamente, a última hora, como una merecida inspiración de cordura, me he dicho que sería mejor darle un ligero cambio a la situación, que cierto es que nadie me invitó a llamar a la puerta, pero teniendo en cuenta el comportamiento que he tenido contigo, considero que me has faltado el respeto de una manera tal que no podía dejarte impune... y lo he hecho sin gritos, sin portazos, sin escándalos, sin lloriqueos, sin nervios...con lo que se viene llamando Autocotrol. Lo que he hecho es mirar desde otra perspectiva, y me ha parecido que no tenía porqué ser yo la que saliera perdiendo. Así que te he metido en una burbuja, como si no estuvieras, o mejor, como si me dieras igual, y créeme, todo ésto no me es indiferente, pero mi dignidad me prohíbe permitirte esos aires chulescos que has sacado de no se sabe dónde, pues en realidad has resultado ser el clásico canalla, éso sí, bajo un conseguidísimo disfraz de corderito. Y tienes suerte, porque te aseguro que a mis diecinueve o veinte años te habría partido la cara, sin más, y me habría quedado tan a gusto, pero supongo que en éso consiste la vida, no en pegar (está claro) si no en evolucionar y en afrontar las cosas con cierta serenidad (sobre todo si a orgullo se refiere), con tal de que algún día nos de la sensación de que no hemos tropezado con la misma piedra cientos de veces para nada. Por este motivo, o mejor dicho, gracias a esta nueva filosofía de vida que he adquirido recientemente, ni más ni menos que en mi vigésimo tercera primavera he decidido jugar mis cartas con otra estrategia, con un toque de madurez, y he hecho de la indiferencia mi mejor As y de la risa el mejor de mis comodines. He tomado las riendas, y te has quedado fuera de lugar en menos de lo previsto... y, aunque te pueda resultar irónico (que no lo es), te doy las gracias : hacía tiempo que no estaba tan orgullosa de mí, y éso te lo debo exclusivamente a ti.
Por otro lado, déjame decirte que quizás no tenga muchas opciones, pero de lo que sí que no dispongo es de tiempo que perder. Donde las dan, las toman.



(SAYONARA, BABY)

4 comentarios:

Sara dijo...

se fue tan pronto como vino..... y estoy super super orgullosísima de ti. si algo está claro es que ÉL SE LO PIERDE.

*Pa dijo...

te daré una buena propineja x tu comntario =))

Anónimo dijo...

Llorar no tiene sentido en un mundo donde la fugacidad impera y lo bueno siempre queda. (Ya no podía aguantar más).

Anónimo dijo...

Me vas a hacer caer en Facebook, en vistas de q no terminas de aceptar el Tontis, ¿eh?