Leyenda de los dos amigos en el desierto


(Introducción)

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto. En un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: "Hoy mi mejor amigo me ha pegado una bofetada en el rostro".
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: "Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida".
Intrigado, el amigo preguntó: "¿Por qué después de que te lastimé escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?". Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo".


(Nudo)
A veces me siento a escribir y de tanto que siento no sale ni una sola palabra (de ahí la leyenda árabe). Y es que no sé en qué momento cambié, me hice así, como ahora, mírame, que aunque no me veas tú eres capaz de saber lo que hay dentro de mí. Si algo me queda es la nostalgia, que podría decirse que es una mancha de nacimiento sólo por lo que dejé de tener al existir.
A menudo me pregunto si me preferías antes, y muchas veces me respondo que sí, no me queda más que admitir que esto no estaba en nuestros planes de adolescentes. Me he hecho una cobarde, no hay otro término, llevo el olor de los que huyen, de los que callan porque no saben hacer nada mejor, de los que corren en sentido contrario, de los que salen a la calle y se preguntan si será la última vez. Una sonrisa, un beso en la mejilla, alguien que me dé las gracias a lo largo del día, que esté orgulloso de mí, que me diga que no lo estoy haciendo tan tan mal... Me conformo con tan poco que...que resulta que lo desde pequeña me han inculcado ahora es mi mayor defecto (and sometimes you close your eyes and see the place you use to live when you where young).
Supongo que soluciones habrá sólo es que no sé hasta qué punto confío en ellas. Y en este caso no tengo miedo del fin, si no del principio del después. Una señora avalancha y yo vestida de playa.


(Desenlace)
Lo veo venir, pero no, yo no quiero éso. Quizás de lo demás no esté segura, pero de esto sí, yo quiero con él. Puede que sea una estupidez pero hoy he visto que no era el fin, que somos capaces de superarlo, que nadie se quiere más que nosotros, que nadie está hecho el uno para el otro como él y yo.... No te rías, no soy cursi, tú también lo sentiste hace no tanto, seguro que me entiendes, siempre lo has hecho, hasta que ya no puedas más, como lo haré yo, hasta el final de mis días, que nunca daré suficientes latidos como para agradecer tu presencia aqui o en Pekín.


(Conclusión)
El caso es que no sé si son los celos (sanos, por supuesto) siempre que te miran a ti, o el orgullo que siento al saber que te han dado una beca que ningun hijo de vecino a recibido jamás, o la impaciencia hasta que el lunes te traiga consigo... Todo me dice que no tienes precio.

3 comentarios:

Soraya dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Soraya dijo...

Qué bonito!

Seguro que juntos lo van a superar… ¡Suerte!

Un saludo.

Sara dijo...

no había leído la entrada hasta hoy... has cambiado, lo ves tú y lo veo yo, pero no importa, cada uno elige su propio destino y para mí lo único que importa es que TÚ seas feliz. que sí, que preferiría tenerte a 10 minutos de casa, pero esa opción no cabe, y al final tampoco lo estamos haciendo tan mal no? y me das suficientes motivos para agradecer (cada día) la suerte que tenemos de tenernos, que yo estaba completamente equivocada, y me has convencido, no hay tanta gente que pueda decir lo mismo.

vamos, septiembre está a la vuelta de la esquina, y créeme, va a ser un año fantástico. porque nos lo merecemos, nos merecemos tenernos al lado, que dos años, YA ME PESAN. te quiero con locura, y me haces, al menos, la misma falta que yo a ti.y asúmelo, estoy profundamente orgullosa de ti, de que hayas sido capaz de luchar contra viento y marea, de que hayas elegido el camino para ser feliz.